viernes, 20 de diciembre de 2013

Revuelta en el frenopático (quedamos en la barricada a las tres) de rabiosa actualidad


La esquizofrenia es un trastorno caracterizado por un desorden en el procesamiento del contenido y contexto social en el que interactúa la persona (Penn, Corrigan, Bentall, Racenstein y Newman, 1997), dificultando que use adecuadamente la retroalimentación que proporcionan estos estímulos sociales relevantes para guiar el comportamiento (Bigelow et al., 2006). Este tipo de dificultad se evidencia en aspectos del trastorno, como la desestimación del contexto social cuando se procesan los estímulos sociales (Penn, Ritchie, Francis, Combs y Martin, 2002), la distorsión selectiva sobre los aspectos hostiles de los demás (Fenigstein, 1997), el procesamiento inadecuado de emociones (Leonhard y Corrigan, 2001), la alteración de reglas pragmáticas del lenguaje (Corcoran y Frith, 1996), la dificultad para inferir las intenciones de los demás (Frith, 1992), entre otros. 

Conclusión; el déficit en cognición social se encuentra bastante extendido por lo que puedo observar. (Algo habrá que hacer...)



domingo, 8 de diciembre de 2013

En la era de la (Re) habilitación

Conferencia de Mariano Hernández Monsalve, psiquiatra y jefe de los Servicios de Salud Mental del distrito de Tetuán. Madrid. Ex presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. Dentro del curso de verano "Museo, arte y educación social". Curso organizado en colaboración con la Fundación Universidad Rey Juan Carlos 15 de julio, sede Cursos de Verano de Aranjuez (Madrid).


viernes, 6 de diciembre de 2013

Invictus, un poema sobre la recuperación

En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.

Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.

No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuan recto halla sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:


Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.


Fueron los versos de cabecera de Nelson Mandela durante los más de 27 años que estuvo encarcelado.